“Nadie puede descifrar el enigma del morir,
tal vez vivir es dormir y morir es despertar”
No sé quién escribió esta frase, lo que sí sé es que está en la tumba donde,
hasta hoy, descansan los restos de mis tatarabuelos y bisabuela maternos…
Escribo hoy de la muerte porque han sido varios, los que en fechas cercanas
se han ido……

Hermanos, siento profundamente su pérdida, la siento hasta donde me alcanza
el último gramito de Amor Fraterno que siento por ustedes. Los amo y quiero que
sepan que estoy con ustedes y que cuentan conmigo…
Alguna vez leí que la realidad es que todos morimos todos los días, que el cuerpo
muere en sus células en su totalidad en un ciclo aproximado de 7 años, es decir,
a nuestro cuerpo le toma 7 años reconstituir las células que lo componen.
Lo cierto es que morir a esta vida es el único destino cierto e inevitable que
tiene el ser humano…
Son muchos lo que se van, los que fallecen, son muchas las penas de las personas
que tienen que pasar por el duelo que significa no ver más en esta tierra, en este
plano, a los seres amados.
Y eso me lleva también a preguntar, ¿Por qué vivimos como si estuviésemos muertos
toda la vida?
No vivimos la muerte todos los días, no; vivimos como moribundos todos los días,
o al menos así tenemos días o incluso etapas en la vida…

Pareciese un ciclo, una condicionante del ser humano, el necesitar ver o incluso
vivir la muerte de cerca para comenzar a pensar en la olvidada vida, de nuevo.

Yo creo que es importante recordar un momentito todos los días que hasta el más
ínfimo instante es un regalo de Dios para vivir, para regocijarnos en Él, en la gracia
que significa tener la capacidad de respirar, de sentir, de compartir, de dar…

La muerte duele, pero en tanto tenemos la vida no esperemos a que llegue la muerte
para decir un Te Quiero, para expresar nuestro sentir, para vivir la vida, para amar
la vida amando, para entregar a Dios todo lo que somos y lo que seremos, para nacer
a una vida nueva.

No desperdiciemos la vida muriendo a diario…

Ingrid

P.D. Eso va también para mí…